Dos agentes del FBI ideológicamente opuestos investigan un escalofriante asesinato en una comunidad oprimida por el Ku Klux Klan. Aunque todos saben quien está implicado, nadie se atreve a comentar nada, y los agentes deciden actuar por separado.
Mark Kaminsky es expulsado del FBI por maltratar a un sospechoso. Acaba ocupando el puesto de sheriff de una pequeña localidad de Carolina del Norte. El jefe del FBI Harry Shannon, cuyo hijo ha sido asesinado por un gángster llamado Patrovina, convence a Kaminsky para que se le una en una venganza personal con la promesa de ser readmitido en el FBI si Patrovina desaparece de la circulación. Para lograrlo Kaminsky debe adoptar una nueva personalidad e incorporarse a la banda de Patrovina.