La diversión comienza cuando el Conde Drácula traslada a Scooby-Doo y Shaggy hasta Transilvania en una aventura repleta de fantasmas. Para poder celebrar la esperadísima Carrera de Coches de Monstruos, el Conde Drácula transforma a Shaggy en un peludo hombre-lobo, obligándole a conducir en una carrera campo a través que se celebra en la ruta más escalofriante.