Ed Harley vive tranquila y despreocupada con su pequeño hijo Billy en una aldea remota y desierta en la América rural. Los dos dirigen una gasolinera en ruinas que puede servir como un centro de refrigerios para todos los viajeros que pasan de vez en cuando. Una mañana, poco después del horario de apertura, unos chicos llegan al lugar con la intención de pasar unas vacaciones inolvidables disfrutando del motocross.