En una pequeña ciudad de Japón, Kirie se acerca al padre de su novio grabando en silencio un caracol. Más tarde, la obsesión del hombre con las espirales se vuelve más y más extraño, terminando en su suicidio en una lavadora que da vuelta a su cuerpo en una espiral. Pronto otros habitantes se vuelven poseídos con diferentes formas de espirales.