En un futuro distópico donde las emociones son consideradas el principal culpable de los conflictos humanos, la sociedad ha sido programada para vivir sin sentimientos. La élite gobierna con mano de hierro, obligando a todos a tomar una droga diaria que suprime cualquier rastro de amor, ira o tristeza. En este sombrío mundo, John Preston, un efectivo clerigo, se encarga de cazar y eliminar a los que se rebelan contra el sistema. Su vida transcurre en la monotonía y el cumplimiento de su deber, hasta que un día, tras una inesperada pérdida, se salta la dosis de su droga y empieza a sentir.

Dos hombres, cada uno con su propia carga de dolor y frustración, se encuentran en un hospital en medio de una crisis existencial. Uno de ellos es un joven con una vida truncada debido a su enfermedad terminal, mientras que el otro es un temeroso y alienado criminal a quien la vida no le ha dado más que un sinfín de problemas. Ambos se cruzan en un momento de desesperación, soñando con la idea de escapar de su realidad sombría.

En una época de opresión y sufrimiento, un niño hebreo nace en medio de la esclavitud egipcia. A medida que va creciendo, descubre su verdadera identidad y el propósito que le ha sido designado. Adoptado por la familia del faraón, vive en el lujo, pero siempre siente que algo falta en su vida. Atraído por las injusticias que sufren su pueblo, se enfrenta a su origen y se convierte en el defensor de los hebreos.