En un remoto monasterio budista, aislado entre unas tranquilas aguas y un entorno natural que parece un lienzo de colores cambiante, un viejo monje y su joven aprendiz viven en perfecta armonía, dedicando sus días a la meditación y la conexión con la naturaleza. A medida que el tiempo avanza, los ciclos de las estaciones se entrelazan con las etapas de la vida de ambos. El niño, lleno de curiosidad y energía, comienza a explorar el mundo exterior, atraído por las tentaciones de la vida.