Un antiguo icono de la TV para niños (Robin Williams) ha caído en desgracia y jura que se vengará contra el hombre que lo ha reemplazado (Edward Norton).
Tras salvar al vicepresidente de los Estados Unidos de un intento de rapto a costa de protagonizar un espectacular tiroteo y de terminar lanzándose al río con el político, el policía de Detroit Orin Boyd es destinado al peor distrito de la ciudad. Pronto descubrirá una red de agentes corruptos que se dedican a traficar con la droga que decomisan. Irónicamente, para detenerlos sólo podrá confiar en Latrell Walker, un gánster que tiene sus propios motivos.
El detective John Proudhomme, recientemente trasladado a Chicago, y su compañero descubre un espeluznante crimen. La víctima yace inmersa en un charco de sangre, con el brazo amputado y un mensaje escrito con sangre en la ventana que dice "ya viene...". Los dos policía sospechan que éste es sólo el principio de una serie de horribles asesinatos, todos ellos con un mismo ritual: amputar una parte del cuerpo. El objetivo del asesino es el de reconstruir el cuerpo de Cristo para el Domingo de Resurrección.