Cuando China estaba dividida en siete reinos que se enfrentaron entre sí para conseguir la hegemonía, la miseria y la muerte asolaron el país. Al rey Qin, que vivía obsesionado con la idea de unificar China y convertirse en el primer Emperador, intentaron asesinarlo los otros monarcas. Entre los asesinos contratados, los más temibles eran Espada Rota, Nieve Volante y Cielo. Qin promete poder, riquezas y una audiencia privada a quien consiga vencer a los tres sicarios, pero es una tarea casi imposible.