Un chico huérfano, que siempre ha vivido en la calle, llega a ser con el paso del tiempo un poderoso traficante de drogas, pero, inesperadamente, decide dejarlo todo para triunfar en el mundo de la música.
Jonathan Cross es el mejor jugador de Rollerball, el deporte más vertiginoso de todos los tiempos. Él y sus compañeros Marcus Ridley y Aurora ganan mucho dinero y llevan una vida llena de lujos. Los amantes de este deporte lo que buscan es emoción y acción al límite. Pero Jonathan se da cuenta de que los espectadores aumentan atraídos morbosamente por los frecuentes accidentes que se producen en la pista. Los jugadores se convertirán entonces en peleles de un juego donde no existen las reglas.