Para su familia y amigos, Cody Banks es el típico adolescente, le encanta montar en monopatín, odia las matemáticas y se siente un completo imbécil delante de las chicas. Pero Cody guarda un extraordinario secreto: es en realidad un agente encubierto de la CIA. Cody está viviendo el sueño de cualquier niño, puede conducir un coche como un especialista, cuenta con un arsenal de artilugios y su jefa, la agente Ronica Miles, está buenísima.