Bella Swan, tras vivir un vibrante y peligroso episodio en el cumpleaños que celebraron con los Cullen, se enfrenta a la dura realidad de ser mortal en un mundo de vampiros. Un accidente en la fiesta la deja herida, lo que provoca que Edward Cullen, su enamorado vampiro, se replantee su relación. Para proteger a Bella de los peligros que su existencia conlleva, Edward decide abandonarla, dejándola sumida en una profunda tristeza.