En esta vibrante secuela ambientada en los años 80, la heroína de las amazonas regresa para enfrentarse a nuevos desafíos. Diana Prince, interpretada por Gal Gadot, ha estado llevando una vida relativamente tranquila en Washington, D.C., pero su mundo se ve sacudido por la llegada de dos figuras notables: la carismática y ambiciosa empresaria Barbara Ann Minerva, conocida como Cheetah, y el misterioso Maxwell Lord, un poderoso magnate que busca cumplir sus propios deseos a cualquier costo.

En un futuro distópico, la humanidad vive en megaciudades desbordadas por el crimen y la corrupción. La ley reposa en manos de los Jueces, agentes de la justicia que combinan funciones policiales, judiciales y de ejecución. En este caótico mundo, uno de los Jueces más temidos y respetados, un hombre de pocas palabras y una actitud de acero, se enfrenta a la prueba más intensa de su carrera. Junto a una novata con habilidades psíquicas, es enviado a una de las torres más peligrosas de la ciudad para investigar un brutal asesinato.

En un mundo donde el peligro y la traición están a la orden del día, un francotirador de élite ha colgado su rifle tras una experiencia traumática en el campo de batalla. La vida civil le resulta difícil, pero cuando su hermano, también soldado, es capturado en un despiadado conflicto en Sudáfrica, no puede quedarse de brazos cruzados. A pesar de sus miedos y demonios internos, decide regresar a la acción para intentar rescatarlo.

En un futuro distópico donde la sociedad está al borde del colapso, un ex-policía llamado Frankenstein se encuentra atrapado en una prisión de máxima seguridad. Allí, los reclusos son forzados a participar en una peligrosa competencia de carreras de alta velocidad que combina brutalidad y locura, donde los ganadores no solo obtienen libertad, sino la fama que vienen con el espectáculo sangriento.

En un momento crítico de la historia de Sudáfrica, el país recién salido del apartheid se enfrenta a la enorme tarea de unir a su población dividida. Nelson Mandela, recién electo como presidente, comprende que el rugby, un deporte tradicionalmente asociado con la cultura blanca, podría ser la clave para fomentar la unidad en su nación. Consciente de que el próximo Mundial de Rugby podría ser una plataforma para el cambio, Mandela decide apoyar al equipo nacional, los Springboks, una decisión que genera escepticismo y resistencia entre muchos de sus compatriotas.