Transferido a Detroit para entrena a un equipo SWAT local a través de un duro régimen, el teniente Paul Cutler -policía de Los Ángeles- se termina metiendo entre los planes de un genio homicida que está protegido por funcionarios del gobierno.
En un futuro no muy lejano el boxeo es robótico: en los combates ya no se enfrentan seres humanos, sino robots humanoides, sofisticadas máquinas diseñadas para luchar. Charlie Kenton, un antiguo boxeador que casi llegó a alcanzar la gloria, está pasando una mala racha como promotor de combates. Un día, encuentra un viejo robot desechado y, al comprobar que es un gran boxeador, decide entrenarlo.