En un caluroso y espinoso ambiente de la Sudáfrica colonial de los años 30, una joven y resistente mujer, criada en las duras tierras de la minería de estaño, vive atrapada entre su deber y su deseo de libertad. El paisaje, marcado por el polvo rojo, es tanto su hogar como su prisión, y el conflicto racial y social palpita bajo su piel.