En una pequeña ciudad donde la vida nocturna consiste en pocas cosas, un grupo de amigos se reúne cada fin de semana en un viejo cine eclipsado por la modernidad. El cine, famoso por sus proyecciones de películas de terror clásicas, es donde la verdadera diversión comienza cuando deciden no solo ver las películas, sino también actuar dentro de ellas. Lo que empieza como una broma se convierte en una tradición peculiar: cada semana, se visten como los personajes de las películas y, al ritmo de las proyecciones, crean su propio espectáculo improvisado.