Sombrío retrato de la pobreza y el despotismo de la China de los años treinta. El protagonista es el Padre Francis Chisholm (Gregory Peck), un bondadoso misionero de origen escocés. Peck fue nominado al Oscar al mejor actor protagonista.
Tras diez años en la cárcel, un antiguo capo de la mafia (Edward G. Robinson) queda en libertad, pero le resulta muy difícil adaptarse a los nuevos y cambiantes años 30.