En un pequeño pueblo costero de Turquía, la vida de Feride está marcada por la rutina y la melancolía. Atrapada entre las expectativas familiares y un trabajo monótono en el taller de su padre, sueña con aventuras más allá del horizonte. Un día, mientras pasea por la playa, conoce a Aras, un carismático surfista que ha llegado al pueblo con su propio pasado complicado. Aras representa todo lo contrario a la vida controlada de Feride: es libre, impulsivo y está en búsqueda constante de la próxima ola perfecta.