En la Inglaterra del siglo XVI, la reina Elizabeth I se encuentra atrapada entre el deber y el deseo. Famosa por su astucia política y su firme control sobre el trono, Elizabeth, interpretada por una brillante Bette Davis, enfrenta la presión de mantener su poder en un mundo dominado por hombres. A medida que el conflicto entre la política y el amor se intensifica, se ve atraída por el carismático conde de Essex, un ambicioso noble interpretado por Errol Flynn.