En la tercera entrega de esta apasionante saga romántica, Raquel se ha convertido en una joven decidida, lista para enfrentar los desafíos de su vida amorosa y los secretos que el destino le ha deparado. Después de los tumultuosos eventos en su relación con Ares, la vida en el vecindario se ha tranquilizado, pero la llegada de nuevos personajes promete desatar viejas tensiones y nuevas pasiones.

En una Barcelona vibrante y llena de contrastes, el destino de varios personajes se entrelaza en torno a una antigua estación de tren que ha sido olvidada con el tiempo. Ana, una joven y apasionada fotógrafa, descubre la estación mientras busca locaciones para su proyecto sobre lugares abandonados. Fascinada por su historia, se convierte en una especie de cronista de las memorias que esconde y decide repararla poco a poco, enfrentándose a su propio pasado y a los fantasmas que la han perseguido.

En una pequeña isla paradisiaca del Caribe, la vida de Ana, una joven madre soltera, da un giro inesperado cuando recibe una carta de su difunto esposo, quien la había dejado para iniciar una nueva vida lejos. La carta, que tiene un tono de despedida pero también de esperanza, revela secretos familiares que Ana nunca imaginó y que la impulsan a embarcarse en un viaje emocional que la llevará a través del mar en busca de respuestas.

En una tranquila urbanización, una joven llamada Raquel observa la vida de su vecino, Ares, desde la ventana de su casa. Ella ha estado enamorada de él desde la infancia, pero él parece estar fuera de su alcance. Ares es el chico popular, lleno de carisma y rodeado de amigos, mientras que Raquel se siente como una espectadora en su propia vida. Sin embargo, su mundo cambia de dirección cuando, por un giro del destino, su madre se convierte en la asistente del padre de Ares.