El 5 de enero de 1900, en las proximidades de Londres, cuatro amigos llegan a casa de George Wells, con quien han quedado para cenar, pero el anfitrión no está. George irrumpe poco tiempo más tarde exhausto, sudoroso y con aspecto de haber escapado de un gran peligro. Los amigos le preguntan qué sucede y Wells se remonta a la última vez que se vieron. Una semana antes. En esa velada, Wells enseñó a sus amigos una pequeña máquina que, según afirmaba, podía viajar en el tiempo y que con una versión de mayores dimensiones, también lo podría hacer un hombre.
En la estación espacial conocida como la Rueda, un grupo de hombres se prepara para realizar una expedición a la Luna. Pero el ambiente está cargado de tensiones debido a la presión de la misión. Llegan nuevas órdenes de la Tierra, que cambian el objetivo del viaje al planeta Marte. La tripulación de la Rueda aborda una nave y se lanzan a explorar el planeta rojo, pero el general Merritt comienza a tener delirios de corte religioso, considerando que la misión es una abominación que viola los límites impuestos por Dios a los hombres.
A lo largo de los años, Christopher Leiningen ha conseguido tirar adelante una próspera plantación de café en la jungla sudamericana. Para tener un hijo que herede sus propiedades, decide casarse por correspondencia. Su esposa resulta ser la bella Joanna Leiningen, a quien le costará adaptarse a la rudeza de su marido y al aislamiento del entorno. Por si fuera poco, una plaga de voraces hormigas amenaza con arrasar la plantación.
Cerca de un pequeño pueblo de Estados Unidos cae algo que, a primera vista, parece ser un meteorito. Los vecinos acuden al lugar del acontecimiento y descubren que un extraño objeto de que emerge una especie de ojo que empieza a disparar un rayo mortal. Es una nave marciana que, junto con otras muchas, ha llegado a la Tierra para conquistarla. La invasión está teniendo lugar simultáneamente en todo el planeta y ni siquiera la bomba atómica podría detenerla. La humanidad está perdida.
Una estrella gigante está a punto de chocar con la Tierra, lo que inevitablemente provocaría el fin del mundo. El Gobierno rehúsa escuchar a los científicos, pero un grupo de empresarios financia la construcción de una nave espacial con el fin de transportar a un número limitado de personas a otro planeta para crear allí una nueva civilización. A medida que se aproxima el fin, tendrán que luchar no sólo contra el tiempo, sino también contra el pánico de los que están condenados a quedarse en la Tierra.