En una época donde la fe se entrelaza con los conflictos internos y externos, un joven sacerdote llamado Stephen Fermoyle navega por un mar de dilemas morales y deseos contradictorios. Su viaje comienza en la Boston de principios del siglo XX, donde, impulsado por su profunda devoción, se enfrenta a las realidades de la vida eclesiástica a través de la comunidad, la familia y su propio sacrificio personal.