En un mundo donde el vasto Imperio Romano está al borde de la descomposición, la intriga política y las luchas de poder transcurren entre sus líderes. El emperador Marco Aurelio, un gobernante sabio y honorable, se enfrenta a la decadencia moral de su imperio, mientras intenta evitar el colapso que acecha su legado. En su lecho de muerte, toma la decisión de nombrar a su hijo, Cómodo, como su sucesor, ignorando las advertencias sobre la personalidad egoísta y violenta del joven.