En un pequeño y aislado pueblo de Polonia, marcado por la opresión y el sufrimiento, se encuentra un convento gobernado por una enérgica y carismática madre superiora. Este lugar, que parece ser un refugio para muchas mujeres marginadas, se convierte en el escenario de un intenso conflicto entre la fe y la locura. Cuando una serie de posesiones demoníacas afecta a varias de las monjas, la situación se torna caótica, llevando a la madre superiora a buscar ayuda externa.