En el año 490 a.C., las tensiones entre los griegos y los persas alcanzan un punto crítico. Después de que el imperio persa, liderado por el rey Darío, invade la península griega, los ciudadanos de Atenas se preparan para lo que podría ser una batalla decisiva. Un joven soldado llamado Filipides, conocido por su destreza y dedicación, se convierte en el mensajero del ejército ateniense. Su misión es transportar un mensaje crucial a Esparta, pidiendo ayuda en esta lucha desesperada por la libertad.