Una mujer senegalesa está ansiosa por encontrar una vida mejor en el extranjero. Ella acepta un trabajo como institutriz para una familia francesa, pero sus deberes se reducen a los de una criada después de que la familia se muda de Dakar al sur de Francia. En su nuevo país, la mujer es constantemente consciente de su raza y maltratada por sus empleadores. Su esperanza de tiempos mejores se convierte en desilusión y cae en el aislamiento y la desesperación. El duro trato la lleva a considerar el suicidio como la única salida.