En un Brasil rural de los años 70, la historia se centra en un valiente caballero conocido como el Santo Guerreiro, un emblemático luchador que se enfrenta a las fuerzas del mal representadas por un temible dragón que aterroriza a las comunidades locales. Este dragón no es solo una criatura mítica, sino una metáfora de la opresión y el miedo que asolan a la población.