Después de una tragedia familiar, tres generaciones de la familia Deetz regresan a su hogar en Winter River. La vida de Lydia, que aún sigue atormentada por Beetlejuice, da un vuelco cuando su hija adolescente, Astrid, abre accidentalmente el portal al más allá.
Douglas, un hombre golpeado por la vida y abusado de niño por su padre, encuentra su salvación en el amor de sus perros. Tratando de olvidar su traumático pasado, Douglas descubre el amor y la actuación, pero también el desencanto del ser humano.