Diez años después de que su hijo fue declarado muerto, un coronel decide buscarlo. Algunas evidencias indican que él puede estar vivo. Con la ayuda de un magnate y de cinco infantes de marina se embarca en una misión de rescate en Vietnam.
Un temblor de tierra similar a los que con frecuencia sufre la ciudad de Los Ángeles fue la primera señal de alarma. Un joven sismólogo lo había pronosticado como preludio de un terremoto de gran intensidad. Horas después, cuando se produjo un segundo temblor, los técnicos ya no albergaron ninguna duda: la catástrofe era inminente. Hubo que avisar al Alcalde, pero éste no se atrevió a dar la orden de evacuación por temor a que el pánico se apoderará de la población, se limitó simplemente a tomar medidas preventivas.