El agente 009, compañero de James Bond, es asesinado en Berlín Oriental, aunque consigue llegar a la residencia del embajador británico antes de morir, llevando consigo una valiosísima pieza de orfebrería: un huevo de Pascua, creado por Fabergé. En Londres, especialistas del Servicio Secreto constatan que se trata de una falsificación de la joya original, que será subastada en breve.