En el ocaso de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados trazan un ambicioso plan para lograr una victoria decisiva en Europa: una audaz operación en la que buscan tomar el control de varios puentes estratégicos en los Países Bajos. La misión es clara: atravesar el Rin y llevar la guerra directamente al corazón de la Alemania nazi. Sin embargo, la ejecución de esta estrategia se convierte en un laberinto de obstáculos y desafíos inesperados.