En las profundidades del océano Ártico, un submarino nuclear estadounidense se encuentra en una situación crítica tras un trágico accidente. Durante una maniobra de salvamento, su tripulación pierde contacto con la superficie y cae a una profundidad mortal. Con un combustible nuclear inestable y con el tiempo corriendo en su contra, el capitán y su equipo deben enfrentar no solo la presión del agua, sino también la creciente tensión entre ellos.