Un escritor intenta demostrar la deficiencia de las leyes y la ineficacia de la policía, colocando falsas pruebas contra sí mismo en un caso de asesinato.
Los periodistas del Sentinel están a punto terminar la edición del periódico. En los pasillos y en las mesas se conspira y se intriga para hacerse con la dirección del diario. Mientras tanto, un criminal que se dedica a matar mujeres jóvenes, tras cada asesinato, deja a la policía un mensaje escrito con pintalabios. En el periódico se establece una feroz competición: el primero que consiga la noticia de la captura del asesino "del pintalabios", tendrá todas las de ganar.
Carl Buckley (Broderick Crawford), un maquinista que teme perder su empleo, pide a su mujer (Gloria Grahame) con la que mantiene una fría relación, que interceda por él ante un ejecutivo de la compañía con el que ella había tenido relaciones antes de casarse. Pero, cuando Carl se entera del precio que su mujer ha tenido que pagar para evitar su despido, asesina al directivo durante un viaje en tren. El ferroviario Jeff Warren (Glenn Ford) se enamora de la mujer de Carl, que le confiesa que su marido la está chantajeando.
Tras suicidarse, el policía Tom Duncan deja una carta en la que confiesa haberse dejado sobornar por una banda de gángsters, pero también denuncia la corrupción de altos funcionarios. Cuando el sargento Dave Bannion trata de esclarecer su muerte tropieza con toda clase de obstáculos.
Un hombre en busca de venganza se infiltra en un rancho, oculto en una región inhóspita, donde su dueña, Altar Keane, da cobijo a los forajidos que huyen de la ley a cambio de un precio.