En una ciudad marcada por la rutina y el dolor, un escritor de guías de viajes, Macon Leary, vive su vida sumido en un estado de apatía tras la trágica muerte de su hijo. La primera escena te deja claro que no es un tipo de aventuras, más bien un fanático de lo predecible y lo seguro. Junto a su familia, trata de recomponer los pedazos de su vida, pero cada intento parece más un reto que un alivio.
Todo cambia cuando su esposa, agotada de la monotonía, decide separarse y Macon queda en una encrucijada. Es en este punto donde conoce a Muriel, una mujer extravertida y un poco caótica que planifica su vida de una manera completamente opuesta a la de Macon. Ella, en su intento por ayudarlo a superar su dolor, lo empuja a salir de su zona de confort, llevándolo a experimentar cosas que jamás imaginaría.
A medida que se desarrolla su relación, Macon comienza a cuestionar no solo su enfoque a la vida, sino también lo que realmente significa estar vivo. Entre momentos de ternura y comedia, el film explora la capacidad de sanar y la posibilidad de redescubrirse en medio de la tormenta. Con un elenco estelar y un guion que combina lo sutil con lo emotivo, el viaje de Macon hacia la recuperación y la felicidad se siente tan real como la vida misma, recordándonos que a veces lo inesperado puede ser lo que más necesitamos.