En un día soleado, un anciano decide visitar un parque de diversiones, ansioso por revivir la alegría de su juventud. Desde el momento en que entra al parque, es recibido por un mar de luces brillantes, risas y música festiva, pero lo que al principio parece un lugar de felicidad pronto se transforma en una inquietante pesadilla. A medida que explora las diversas atracciones, el anciano se encuentra atrapado en una serie de experiencias cada vez más surrealistas y perturbadoras.
Los personajes que antes parecían amables se convierten en figuras grotescas que parecen burlarse de él, mientras que los juegos y atracciones revelan un lado oscuro y cruel. Pronto, el hombre se ve obligado a enfrentarse a la dura realidad de la vida y la muerte, al tiempo que lidia con su propia vulnerabilidad y la inevitabilidad del envejecimiento. Nadie parece prestarle atención, y la multitud cambia de un ambiente festivo a uno de desesperación y caos.
A medida que la jornada avanza, el anciano se convierte en espectador de la crueldad humana y la indiferencia, enfrentándose a un daño emocional que parece multiplicarse con cada paso. La experiencia del parque lo lleva a una profunda reflexión sobre su vida y su lugar en el mundo, dejándolo en una constante lucha por encontrar sentido en un entorno que nunca había imaginado tan opresivo. Al final, la visita se transforma en una dura lección sobre la fragilidad de la existencia y la soledad inherente de ser humano.