En una soleada estación balnearia de Florida, un grupo de personajes peculiares se entrelaza en una serie de enredos cómicos y malentendidos. Todo comienza cuando un avaro promotor inmobiliario busca vender un terreno lleno de sueños a unos desprevenidos turistas. Pero la llegada de un grupo de amigos que están más interesados en divertirse que en comprar propiedades pone en jaque sus planes.
Entre ellos está un astuto estafador que intenta hacerse pasar por un magnate del aceite de cacahuete. Junto a él, un par de jóvenes románticos que se ven atrapados en un torbellino de malentendidos; y un detective privado que, en lugar de resolver crímenes, parece empeorar la situación con sus torpes intentos de ayudar. A medida que las confusiones se amplifican, los secretos se desvelan y los planes del promotor se ven amenazados, todo se convierte en un carnaval de situaciones absurdas, incluida una hilarante subasta donde todo, desde muebles hasta cocos, se vende al mejor postor.
La interacción entre los personajes va revelando las quirks y raras dinámicas de cada uno, creando un mosaico de humor que contrasta con el trasfondo del capitalismo en los años 20. Sin embargo, la verdadera esencia de la película radica en sus slapstick y gags visuales, que dejan al público riendo mientras se cuestionan sobre la naturaleza de la avaricia y el deseo humano de conexión en un mundo lleno de locura.