En esta comedia familiar, nos encontramos con una pareja de suburbanos, los Robbersons, que llevan una vida tranquila y monótona. Sin embargo, todo cambia cuando un ladrón de casa se cruza en su camino, poniendo en alerta a la familia y a todos sus vecinos. Para proteger su hogar y sentirse más seguros, deciden involucrar a la policía, que pronto envía a un inusual detective a vivir con ellos mientras investiga el caso.
El detective, un tipo algo torpe y carismático, se convierte en un huésped desagradable. Su presencia provoca un caos hilarante en la vida cotidiana de los Robbersons. Las clásicas situaciones de comedia se desatan cuando él se toma su rol muy en serio, tanto que termina robándose el protagonismo del hogar. Cada intento de ayuda que brinda lleva a situaciones ridículas y desastrosas, desde atrapar a un vecino sospechoso hasta arruinar sus planes familiares.
A medida que los días pasan, los Robbersons tienen que lidiar no solo con el ladrón real que todavía acecha en su vecindario, sino también con las locuras del detective que se ha convertido en un miembro más de la familia. Entre malentendidos y situaciones absurdas, descubren lo que realmente significa la familia y la importancia de estar unidos, incluso en medio de un robo. La comedia está llena de momentos entrañables y risas, dejando una sonrisa en el rostro de todos.