En medio del tumultuoso clima político de la Revolución Francesa, un ferviente revolucionario se encuentra atrapado en la telaraña de sus propias convicciones. La historia sigue a este líder carismático mientras se enfrenta a la creciente tensión entre sus ideales y la despiadada realidad del poder. Con el idealismo de su visión de un nuevo mundo morelajo, empieza a cuestionar el rumbo que ha tomado la revolución, a medida que la guillotina se convierte en el símbolo de un cambio que no todos están dispuestos a abrazar.
El protagonista, que fue una figura clave en la lucha por la libertad del pueblo, comienza a notar la sombra del terror que los radicales han desatado. A medida que su amistad con otros revolucionarios se enfría y la desconfianza crece, se convierte en un paria, cuestionado por aquellos que antes lo vitoreaban. Los ideales de igualdad y justicia se ven manchados por la ambición y la traición. La historia se desarrolla en un ambiente denso y opresivo, con la guillotina siempre al fondo, simbolizando el destino inevitable que los espera.
Mientras busca aliados en su lucha por la verdad y la integridad, el héroe se enfrenta a su propio sistema de valores y a la brutalidad del régimen. La película se convierte en un viaje de autodescubrimiento en medio de la desesperación, un reflejo de la lucha interna entre la libertad y la opresión, que resuena a través de los ecos del tiempo.