En una atmósfera cargada de tensión y misterio, seguimos a Helene, una madre soltera atrapada en una vida monótona y opresiva. Su relación con su hijo, Oswald, es tensa y llena de reproches. Tras la llegada de un antiguo amigo, que se convierte en un inesperado visitante, se revuelven viejos fantasmas y secretos que la familia ha intentado olvidar.
El amigo, un carismático filósofo, provoca una serie de reflexiones sobre la moralidad y las expectativas sociales. A medida que las revelaciones se desenvuelven, el espectro de la hipocresía y la culpa familiar emerge, mostrando cómo los actos pasados continúan influyendo en el presente. Helene, abrumada por la presión social y los dictados de una sociedad patriarcal, lucha por encontrar su voz mientras busca un propósito y anhelo de liberación en un mundo que la condena.
La película, con su fuerte crítica social, aborda temas como la culpa, la moralidad y el precio que se paga por las expectativas sociales. En cada escena, la atmósfera se carga de una melancólica belleza que resuena con la lucha interna de Helene. A medida que se enfrenta a sus propios fantasmas, la historia revela la tragedia de una mujer atrapada en un mundo donde las normas dictan el curso de su vida. Este angustiante relato nos invita a cuestionar cómo los ecos del pasado pueden moldear nuestro presente y, sobre todo, nuestra libertad de elección.