En esta hilarante y alocada comedia animada de 1948, el indomable Bugs Bunny se encuentra en una nueva encrucijada. Todo comienza cuando un cazador de recompensas, el famoso Elmer Fudd, lanza la más intrépida de sus cacerías. En esta ocasión, su objetivo es capturar al astuto conejo con una meta personal: conseguir que Bugs se convierta en su cena. Pero Bugs, como siempre, no es fácil de atrapar.
A medida que Elmer despliega toda su artillería de trampas y trucos, Bugs se convierte en un maestro del engaño y el juego mental. Lo que sigue es un juego del gato y el ratón, aunque en este caso es más bien un conejo contra un cazador. La combinación de ingenio e hilaridad se presenta en cada encuentro entre los dos personajes, donde Bugs niega cualquier posibilidad de ser cazado mediante su ingenio rápido y sus ingeniosas manipulaciones.
En el camino, se suman un par de personajes secundarios que agregan a la locura, llevando la situación a niveles cada vez más absurdos. Con una animación vibrante y diálogos chispeantes, este cortometraje es una celebración del ingenio de Bugs y la determinación casi ciega de Elmer. Cada escena está repleta de gags visuales y sorpresas cómicas, dejando a la audiencia en un constante vaivén de risas. Al final, una vez más, no hay duda de que el conejo siempre tiene la última palabra.