En un contexto de guerra y sacrificio, la historia se centra en una joven noble cuya vida se convierte en una encrucijada trágica. En el corazón de la antigua Grecia, el rey Agamemnón busca la manera de apaciguar a los dioses y obtener su favor para que su flota zarpe hacia Troya. Sin embargo, para conseguir esto, se enfrenta a una decisión desgarradora: sacrificar a su propia hija, Ifigenia.
Cuando los rumores del sacrificio comienzan a circular, la madre de Ifigenia, Clitemenestra, desata una tormenta de emociones y hace lo imposible por evitarlo. La tensión en el hogar real se intensifica, uniendo y dividiendo a sus miembros en un mar de traiciones y des lealtades. Ifigenia, noble y sacrificada, lucha con su propio destino, pero también por el amor de su familia y su deseo de vivir. La tragedia se despliega en un contexto de ricos simbolismos y dilemas morales, mientras la joven se enfrenta a la cruel realidad de su destino.
Con una cinematografía poderosa y actuaciones memorables, la película refleja los conflictos internos y externos que definieron la época. La maternidad, el deber, el sacrificio y la traición se entrelazan en una narrativa que no solo captura la esencia de la tragedia griega, sino que también resuena con la lucha eterna entre lo personal y lo colectivo, dejando al público con preguntas que van más allá de la pantalla.