En esta encantadora comedia de los años 30, seguimos las desventuras de un hombre de familia excéntrico y un tanto soñador llamado Harold Bissonette. Harold, un comerciante de frutas, se encuentra atrapado en la rutina diaria de su negocio y en el caos de su vida familiar. Su hogar está lleno de personajes vibrantes: su esposa, que aspira a mantener todo en orden; dos hijos que parecen tener su propio mundo de travesuras; y una madre que siempre está al tanto de todo lo que sucede a su alrededor.
Un buen día, Harold decide que es hora de hacer un cambio y busca diferentes formas de salir de la monotonía. En su búsqueda de felicidad, se cruza con un grupo colorido de personajes, cada uno con peculiaridades que solo logran complicar aún más su vida. Desde un misterioso cliente que parece tener un interés poco convencional en sus mercancías, hasta un grupo de vecinos que constantemente compiten por la atención del propietario de la tienda, Harold se enfrenta a desafíos inesperados.
La película es una mezcla de hilaridad y ternura, donde las situaciones absurdas y las interacciones cómicas entre los personajes se entrelazan de forma brillante. A medida que las cosas se descontrolan, Harold comienza a comprender que, a pesar de lo caótico que puede ser su mundo, el amor y el humor son lo que realmente da sentido a su vida. En última instancia, se trata de valorar esos pequeños momentos que nos hacen reír, incluso en medio del caos desenfrenado de la vida cotidiana.