En esta comedia clásica de los años 60, el famoso gendarme de Saint-Tropez, Cruchot, decide cruzar el Atlántico para visitar a su hija que vive en Nueva York. Desde el momento en que aterriza, la ciudad nunca duerme se convierte en un caos hilarante, ya que Cruchot, con su estilo torpe y su pasión por el deber, intenta adaptarse a la vida en la gran metrópoli estadounidense.
La trama se enreda cuando, tratando de entender el nuevo entorno, se convierte en un imán para situaciones ridículas. Desde confusiones culturales hasta malentendidos con los neoyorquinos, nuestro gendarme se enfrenta a todo tipo de desventuras. Con su uniforme que resalta en medio de rascacielos y taxis veloces, su presencia provoca tanto hilaridad como exasperación entre los ciudadanos locales.
Además, Cruchot debe lidiar con un grupo de delincuentes que planean un atraco en la ciudad. Armado únicamente con su sentido del deber y una habilidad incomprendida para meterse en problemas, se embarca en una disparatada aventura que pone en riesgo no solo su reputación, sino también la seguridad de su hija.
La película es un espectacular despliegue de humor físico y situaciones absurdas, donde Cruchot se convierte en el héroe más improbable en una ciudad llena de ritmo y energía. Con una mezcla perfecta de comedia y acción, esta cinta captura el choque entre lo francés y lo estadounidense, y es un recordatorio de que, no importa dónde estés, el deber y el amor familiar siempre triunfan.