En un soleado día en el mágico mundo de Disney, Mickey Mouse decide celebrar su cumpleaños con una fiesta llena de alegría y sorpresas. Con la ayuda de su inseparable novia Minnie, comienza a preparar el evento, decorando el lugar con globos y serpentinas mientras espera la llegada de sus amigos. La emoción se hace palpable cuando los miembros del círculo de amigos de Mickey, como Donald Duck, Goofy y otros, llegan al lugar, listos para hacer de la celebración un día inolvidable.
La fiesta se desata en una ráfaga de risas y travesuras. Los personajes participan en divertidos juegos, como carreras de sacos y concursos de baile, creando un ambiente de felicidad contagiosa. Sin embargo, no todo sale como lo planeado. La comida para la fiesta se convierte en un desafío cómico cuando la torta, elaborada con la ayuda de los amigos, se convierte en el centro de un malentendido entre Donald y Goofy, lo que lleva a una serie de situaciones hilarantes que involucran un batido de crema y un intento fallido de mantener todo bajo control.
Entre malentendidos y momentos emotivos, la fiesta simboliza la importancia de la amistad y la diversión, recordándonos que a veces las mejores celebraciones no son perfectas, sino aquellas llenas de risas y complicidad. Al final, Mickey y sus amigos unen fuerzas para aprovechar al máximo el día, recordando que lo más importante de un cumpleaños es compartirlo con aquellos que amas.