En un mundo donde los extraterrestres han estado observando a la humanidad, un grupo de alienígenas decide que ha llegado el momento de intervenir. Tras una serie de eventos desafortunados, se proponen revivir a los muertos para sembrar el caos y sembrar el pánico entre los humanos. Su malvado plan tiene como objetivo utilizar los zombis para demostrar a la humanidad que la vida después de la muerte es real, con la esperanza de que esto impulse a los humanos a renunciar a sus guerras destructivas.
Mientras tanto, un piloto y su novia se ven atrapados en medio de esta conmoción. Cuando el piloto intenta avisar a las autoridades sobre la inusual actividad sobre su pueblo, los zombis ya están en marcha, provocando un torbellino de situaciones ridículas y cómicas. A medida que la historia avanza, los extraterrestres, con su aspecto un tanto peculiar y sus diálogos poco convencionales, comienzan a desmoronarse en su intento de conquistar la Tierra.
La película se convierte en un verdadero clásico de culto, no solo por su trama increíblemente absurda, sino por las actuaciones poco convincentes y la producción de bajo presupuesto. Lo que debía ser un thriller se transforma en una hilarante experiencia cinematográfica, donde la seriedad del tema se cruza con la torpeza, convirtiéndola en un festín de entretenimiento involuntario que seguirá generando risas y comentarios en los círculos cinéfilos durante décadas.