En la intensa arena política de 1960, dos figuras emergentes del Partido Demócrata compiten en una feroz batalla por la nominación presidencial. En un rincón, tenemos a John F. Kennedy, un joven senador de Massachusetts lleno de carisma y una visión refrescante para un país en transformación. En el otro lado, se encuentra Hubert Humphrey, un experimentado político de Minnesota, que representa la voz progresista dentro del partido, ambicioso y decidido a promover sus ideales en una nación que se tambalea entre el cambio y la tradición.
La historia se desarrolla en el marco de las primarias de Nueva Hampshire, donde la emoción y la tensión se elevan. La película no solo sigue el camino hacia la nominación, sino que también ofrece una mirada íntima y personal a los candidatos, mostrando sus luchas, estrategias y la presión de una máquina política implacable. A lo largo del metraje, vemos cómo familia, aliados e incluso enemigos juegan papeles cruciales en el destino de ambos aspirantes. Además, se revela el impacto del electorado, que se convierte tanto en un personaje como en la trama misma.
Con un estilo casi documental, el filme captura la esencia de una era donde el cine político comenzó a cambiar la forma en que se percibe a los líderes y cómo estos se relacionan con la gente. La tensión, el debate ideológico y el fervor electoral crean un ambiente visceral que sumerge al espectador en una de las contiendas más emblemáticas de la historia moderna de Estados Unidos.