En un pequeño pueblo costero de Nueva Inglaterra, un joven soñador llamado Eddie anhela convertirse en un gran director de cine. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando se encuentra con una antigua cámara de película en un desván y decide usarla para capturar la esencia del lugar y sus peculiares habitantes. Durante su travesía, Eddie se enfrenta a varios retos: desde la resistencia de su familia, que no comprende su pasión, hasta el escepticismo de los lugareños, que ven el cine como una frivolidad.
A pesar de los obstáculos, Eddie logra reunir a un grupo de amigos que comparten su amor por el arte. Juntos, comienzan a grabar un documental que retrata la vida cotidiana del pueblo, así como las historias ocultas de sus habitantes. La dinámica del grupo es divertida y entrañable, con momentos de confusión, risas y hasta algún que otro problema. Cada personaje aporta su chispa única, desde la anciana sabia del pueblo hasta el joven rebelde que sueña con escapar de su monotonía.
Mientras la producción avanza, Eddie se da cuenta de que su película va más allá de ser un simple proyecto; es una búsqueda de identidad y conexión. Al final, el estreno del documental no solo une a la comunidad, sino que también permite a Eddie encontrar su verdadero propósito en la vida, demostrando que, a veces, la magia del cine reside en las historias más simples que nos unen.