En un tranquilo pueblo de los Alpes franceses, la vida de un joven se ve brutalmente alterada tras un trágico evento. Todo comienza cuando un niño desaparece, y el temor y la paranoia envuelven a la comunidad. Este suceso marca la vida de Antoine, un chico de 12 años que se encuentra atrapado en un torbellino de emociones y secretos. Mientras trata de lidiar con la presión de su entorno y el peso de su propia conciencia, la historia se desenvuelve en un juego de culpa y redención.
A medida que los días pasan, Antoine es consciente de que su vida y la de su familia están cambiando para siempre. Con el paso del tiempo, su deseo de deshacerse de la carga que lleva se convierte en una obsesión. La atmósfera opresiva del pueblo, cada vez más hostil, andará al acecho de sus movimientos, creando un ambiente de tensión constante. La trama nos lleva a un laberinto de decisiones y consecuencias, donde cada acto, por más pequeño que sea, tiene repercusiones que se extienden más allá de lo imaginable.
Con giros inesperados y un enfoque emocionalmente crudo, la narrativa se desenvuelve en un viaje de autodescubrimiento y confrontación de los propios miedos. La caza del culpable se convierte en un espejo de las luchas internas de Antoine, llevándolo a un clímax desgarrador que nos hace cuestionar la naturaleza del mal y la inocencia en un mundo tan frágil. La película es un recordatorio de que a veces, las decisiones más difíciles son las que nos definen.