En el bullicioso corazón de París, un joven estudiante vive atrapado entre el caos de la vida urbana y su propio mundo interior. Con una cámara que todo lo observa, el protagonista se sumerge en una existencia casi onírica, donde sus días se deslizan en una rutina monótona. Sin embargo, lo que parece ser una vida normal en la ciudad, pronto revela la lucha interna de un individuo que se siente desconectado de su entorno. Mientras sus amigos y conocidos tratan de arrastrarlo a la vorágine de la vida moderna, él elige distanciarse, prefiriendo el confort de su propia soledad.
En un juego de luces y sombras, el joven escapa a través de su mente, donde los pensamientos y los recuerdos se entrelazan en un mosaico de emociones y reflexiones. A medida que sus días pasan en un susurro de indiferencia, se siente atraído por una mujer que parece ser su única conexión con el mundo exterior. Sin embargo, su incapacidad para interactuar con el entorno lo lleva a un abismo cada vez más profundo, donde la realidad y el sueño se fusionan peligrosamente.
A medida que avanza la historia, la frontera entre el deseo de conexión y el miedo a ser herido se desdibuja, dejando al protagonista en un limbo existencial. Con una prosa poética y una atmósfera envolvente, la película se convierte en un retrato visual de la alienación en la sociedad contemporánea. Al final, lo que debería ser un viaje de autodescubrimiento se convierte en una reflexión profunda sobre el aislamiento.