En un Nueva Orleans post-Katrina, un teniente de policía, atrapado entre la corrupción y su adicción a las drogas, se sumerge en un mundo caótico y desolador. Terence McDonagh, un oficial marcado por su pasado, se convierte en el rostro de la lucha contra el crimen tras un huracán que dejó a la ciudad en ruinas. Sin embargo, la línea entre el bien y el mal se difumina cuando comienza a involucrarse con criminales y a utilizar sus poderes para satisfacer su creciente extrañeza y necesidad de narcóticos.
Todo cambia cuando se le asigna investigar la ejecución brutal de una familia de inmigrantes. Con su comportamiento errático y obsesivo, Terence se enfrenta no solo a peligros externos, sino también a sus propios demonios internos. Las decisiones desesperadas que toma para mantener su adicción a flote lo llevan a situaciones cada vez más comprometedoras, revelando lo peor de su carácter a medida que sabotea la confianza de sus colegas, de su novia y de sí mismo.
La película crea un retrato inquietante de un hombre luchando no solo contra el crimen en las calles, sino también contra el caos de su propia vida. Con momentos de tensión y un ligero toque de humor oscuro, la narrativa refleja la complejidad de la lucha humana, donde la redención parece una tarea casi imposible. La historia de Terence es una montaña rusa emocional, un descenso al abismo que deja al espectador preguntándose qué precio se paga por la búsqueda de la verdad y personal.