En la vibrante y colorida París de los años 60, nos encontramos con Angela, una joven y carismática mujer que está decidida a convertirse en madre. Sin embargo, su pareja, un apocado y distraído bailarín llamado Émile, no parece estar en la misma sintonía. Frustrada por la indecisión de Émile, Angela decide que necesita un poco de emoción en su vida y comienza a coquetear con un viejo amigo de ella, el encantador y atractivo Alfred.
La película mezcla una narrativa ligera con un estilo visual innovador, típico del director. A medida que Angela navega por sus emociones y deseos, se sumerge en una serie de situaciones cómicas y absurdas que ponen a prueba sus relaciones. Su búsqueda por la maternidad se convierte en un juego de seducción y malentendidos, lo que lleva a una serie de encuentros hilarantes y a momentos de reflexión sobre el amor y la libertad.
Con una estética deslumbrante que captura la esencia del Nouvelle Vague, la historia explora temas de deseo, identidad y la lucha por la autonomía en una sociedad que todavía impone normas rígidas a las mujeres. A través de la figura de Angela, el público se sumerge en un torbellino emocional y visual donde la risa y la melancolía se entrelazan, destacando el eterno dilema de encontrar el equilibrio entre el amor y la propia felicidad.